En SP Group hacemos todo lo que está en nuestra mano para reducir la huella de carbono del plástico de nuestros productos mediante procesos sostenibles y envases reciclables. Y es que los «gases de efecto invernadero» como el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono son algunos de los principales causantes del cambio climático: debido a su composición química, estos gases «absorben» parte del calor que nos llega del sol y, como resultado, las temperaturas medias de la Tierra aumentan.
De todos estos gases, el más conocido es el dióxido de carbono (CO₂), que también es uno de los más contaminantes del mundo porque está relacionado con muchos procesos industriales y con el transporte: según datos de la ONU, desde 1990 las emisiones mundiales de dióxido de carbono han aumentado casi un 50%, y solo en el periodo 2000-2010 fueron mayores a las emisiones de las tres décadas anteriores.
De la misma forma, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) apunta que la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera alcanzó un nuevo récord en 2019.
Este es otro de los motivos por los que la ONU, en sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, ha establecido como prioritaria la adopción de medidas urgentes para que los diferentes países avancen hacia un sistema industrial y económico «neutro en carbono».
¿Qué es la huella de carbono?
Para reducir las emisiones de CO₂ y frenar el cambio climático es fundamental conocer el concepto huella de carbono de nuestra actividad industrial y de empresa.
La huella de carbono es un parámetro que sirve para medir la totalidad de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, material o producto.
Dicho de otra forma, la huella de carbono es el «rastro» de gases de efecto invernadero que dejan las actividades humanas, expresado en toneladas de CO₂.
La huella de carbono puede ser:
- Huella personal. Es la huella de carbono que produce cada individuo en su vida cotidiana desplazándose, vistiéndose, alimentándose, cocinando, climatizando su vivienda, etc. Según la ONG The Nature Conservancy, se estima que cada habitante del planeta genera una media de casi cuatro toneladas de CO₂ anuales.
- Huella de las empresas. Se trata de la huella de carbono que produce una empresa/organización, tanto de manera directa como de manera indirecta, en el desarrollo de su actividad. Esta huella incluye las emisiones de CO₂ relacionadas con la fabricación de productos y con su transporte.
- Huella de los productos. Los bienes de consumo y algunos materiales emiten gases de efecto invernadero antes, durante y después de su vida útil: la contaminación se da durante la obtención de las materias primas, en el procesado, en la producción, en la distribución, durante su uso y en la transformación del residuo una vez se recicla o desecha.
Ha crecido en los últimos años en todas estas áreas una mayor concienciación sobre la huella de carbono del plástico de uso personal, pero también dentro de las empresas.
Sobre la huella de carbono del plástico
Hoy en día el plástico se utiliza en muchos sectores de la sociedad.
Generalmente los plásticos se fabrican a partir de petróleo (origen fósil). El proceso comienza en una refinería, donde se destila el petróleo crudo, separando sus componentes. De estos componentes, se usa el llamado nafta, la materia prima esencial para la producción de plástico. En este proceso se generan polímeros compuestos por monómeros, entre ellos el etileno o el propileno.
El problema es que, para obtener las graznas con la que después se da forma a las botellas o a cualquier otro tipo de envase de plástico, se genera una huella de carbono irreversible: alrededor de 3,5 kg de CO₂ por cada kilo de plástico “fabricado” desde cero.
Pero no solo la fabricación: también el reciclaje del plástico influye en su huella de carbono.
El plástico, aunque es uno de los residuos sólidos más difíciles de reciclar y genera emisiones de CO₂, sigue siendo esencial y necesario en muchos aspectos. Por eso desde SP Group apostamos por crear envases y packaging que sean altamente reciclables y tratar que nuestra huella de carbono de plástico sea la menor posible. Debido a la alta demanda de plásticos siempre es mejor fabricar un producto con material reciclado en lugar de fabricarlo desde cero. Al crear un envase de plástico, si lo hacemos con materiales reciclados se emite, de media, 1,7 kg de CO₂ a la atmósfera, la mitad que si fabricamos el mismo producto desde cero.
Haciendo frente a estos problemas que presentan algunos plásticos, hemos creado nuestro material PP HB ECO que ha recibido la puntuación AA del Instituto cyclos-HTP, empresa alemana especializada en la clasificación, evaluación y certificación de la reciclabilidad de los envases. Esto significa que el 90% del envase puede reciclarse porque está compuesto, casi en su totalidad, por polipropileno. Respecto a las bolsas PP HB ECO con tapón babyfood, tienen una puntuación AAA y una reciclabilidad del 96%.
Con ambos productos, desde SP aportamos soluciones reales, acordes con las necesidades del mercado y de los consumidores, y mantenemos nuestro compromiso con la sostenibilidad. Este compromiso incluye la minimización del desperdicio alimentario y la reducción de la huella de carbono de nuestros envases plásticos.