El plástico ha vivido una gran evolución hasta llegar a nuestros días. Actualmente, muchas industrias dependen de él y nos ha acompañado durante varias generaciones, aportando soluciones a todo tipo de problemas. Es difícil imaginar un mundo en el que este tipo de materiales no esté presente, ya que incluso a día de hoy se siguen creando nuevos polímeros con diferentes aplicaciones. Es por ello que, desde SP Group, queremos hacer un recorrido por la historia del plástico, analizando cuál fue el punto de partida y por qué ha llegado a popularizarse tanto su uso en las sociedades modernas.
El mundo antes del plástico
Como muchos de los avances tecnológicos que se han dado a lo largo de la historia, el plástico nace para facilitar algunos de los aspectos de la vida cotidiana. Para analizar la historia del plástico tenemos que entender cómo era el mundo antes de su invención. Una de las industrias que más se ha beneficiado de su uso es la industria agroalimentaria. Antes de descubrir este material, las verduras y los alimentos tenían pocas opciones en cuanto a su conservación y transporte.
La industria agroalimentaria antes del plástico
Los alimentos frescos debían tener un origen local, y estaban disponibles únicamente durante su temporada, ya que era muy difícil alargar su vida útil. Aquellos que sí podían conservarse eran desecados o guardados en latas metálicas. Debido a estas limitaciones, había una menor variedad de productos disponibles. De igual manera, se utilizaban las fiambreras metálicas para el transporte de los alimentos: estas fiambreras, además de ser más pesadas, no eran estancas, por lo que era más difícil transportar alimentos líquidos.
Por otro lado, los productos tenían una esperanza de vida mucho menor. La leche, conservada en las famosas lecheras de aluminio y posteriormente en vidrio, tenía que consumirse prácticamente en el día. Las soluciones de envasado y conservación que conocemos hoy en día llegaron con el plástico.
La información sobre los alimentos tampoco era tan accesible como lo es ahora, pues como podrás imaginar, este tipo de packaging no estaba pensado para comunicar información relevante sobre el producto al consumidor.
Historia del plástico: la solución a un problema
Aunque las soluciones que aportó el plástico al mundo de la conservación y envasado de alimentos se pueden apreciar a día de hoy, lo cierto es que originariamente el plástico no nació con esa finalidad.
Los orígenes del plástico como sustituto del marfil
Durante el año 1860 una gran cantidad de productos se fabricaban usando marfil como material principal. Las reservas de dicho material comenzaron a escasear y la empresa Phelan & Collander se decidió a encontrar un sustituto. Preparó un concurso con un premio de 10.000 dólares para quien fuera capaz de fabricar bolas de billar empleando otro material.
El ganador fue John Hyatt, que logró crear el celuloide disolviendo celulosa en alcanfor y etanol. De hecho, su éxito le llevó a fundar posteriormente una empresa que acabaría derivando en la “Celulloid Manufacturing Company”, en la que elaboraba, además de bolas de billar, piezas dentales o teclas de piano, entre otros productos. Este fue el primer paso para llegar al plástico que conocemos actualmente.
Posteriormente, en 1907, el químico Leo Baekeland logró desarrollar la baquelita como sustituto del shellac, un aislante para cables que escaseaba. Esta resina de origen sintético fue la que consiguió que se le considerase el padre del plástico moderno. Este elemento era termoestable, aislante y resistente al agua, al ácido y al calor moderado.
A partir de las aportaciones de estos dos pioneros de la química, la historia del plástico comenzó a desarrollarse y se vio que las soluciones que ofrecía iban más allá de la sustitución de otros materiales. Se demostró que tenían una gran versatilidad y capacidad de conservación, además de ser más ligeros que otros materiales, abaratando el transporte de mercancías y permitiendo disminuir su impacto.
Desde ese momento y hasta nuestros días, el plástico ha conseguido posicionarse como un material necesario en nuestro día a día. E imprescindible en sectores tan dispares como la medicina (que utiliza el plástico en gran cantidad de productos esterilizados desechables, como guantes, por ejemplo); la automoción (presente en paragolpes, guardabarros o salpicaderos, entre otros) o la construcción, sin olvidarnos del sector alimentación o incluso la agricultura (utilizado en la creación de invernaderos).
El futuro del plástico es sostenible
A pesar de los avances en la historia del plástico, tenemos que remontarnos a tan solo unas décadas para conocer el impacto del plástico sobre el medio ambiente y empezar a generar soluciones plásticas más sostenibles.
Si anteriormente hablábamos de los orígenes del plástico, ahora toca hablar del futuro de este material: tanto la opinión de los consumidores como la legislación, como es el caso de la nueva ley de residuos y suelos contaminados, se decantan ya por materiales que sean altamente reciclables y que, a su vez, estén elaborados con materiales reciclados, eliminando poco a poco del mercado los plásticos de un solo uso.
Además, una curiosa tendencia del plástico sostenible es que pretende imitar la sostenibilidad del pasado añadiendo la comodidad y las ventajas del plástico moderno. Fruto de esta fusión podemos encontrar los envases flexibles para aplicaciones de refill: su uso permite rellenar un envase rígido reutilizable con un determinado producto, reduciendo así el material plástico necesario para la puesta a disposición de estos artículos.
El futuro está en la innovación y la implementación del plástico sostenible. De esta forma, los plásticos continuarán aportando todas sus ventajas, como una mayor comodidad y una gran capacidad de conservación de los productos, a la vez que reducen su impacto en el medio ambiente.