En los últimos años, la industria del packaging está incorporando tecnología revolucionaria que podría llevar el mundo del envasado al siguiente nivel, y un claro ejemplo de ello son los envases inteligentes. Si la función principal de los envases es lograr mantener un alimento en óptimas condiciones, los envases inteligentes se encargan de confirmárselo al consumidor, aportando información extra sobre su estado.
Dado el carácter tan innovador de este tipo de packaging, y que aún hay pocas marcas que los han incorporado plenamente, desde SP Group queremos darte las claves del que probablemente sea el futuro de esta industria.
¿Qué son exactamente los envases inteligentes?
Los envases inteligentes son aquellos que han incorporado un sistema de sensores o indicadores para mostrar el estado exacto del alimento. En este sentido, este tipo de packaging ofrece información adicional, como las propiedades del alimento o sobre el estado de conservación del producto.
El usuario puede comprobar al instante y con un rápido vistazo cuál es su temperatura, si se ha roto la cadena de frío o si se está produciendo un crecimiento microbiológico en el alimento, como puede ser la primera etapa de aparición del moho, en el que este aún no es visible.
De esta manera, mediante una etiqueta u otro tipo de indicadores visuales, se puede conocer el estado de conservación real del producto, así como garantizar un estado de calidad y seguridad óptimo para el consumidor. Teniendo en cuenta estas características, no es de extrañar que este tipo de envases haya generado tal expectación. De hecho, algunas fuentes de la industria afirman que el mercado para este tipo de packaging ya mueve alrededor de 38 billones de dólares a nivel mundial y se estima que esta cifra crezca hasta los 48 billones para el año 2026.
En España, aún podemos encontrar pocos ejemplos comercializados de este tipo de envases. No obstante, vemos un ejemplo de ello en líneas de productos de Cruzcampo, que incorporan un indicador para saber cuándo la cerveza está a la temperatura óptima de consumo.
Tipos de envases inteligentes
A la hora de transportar un alimento o de almacenarlo, se pueden producir errores o accidentes que lo lleven a un mal estado de conservación. Rotura de la cadena de frío, exposición al aire o a agentes oxidantes, fallos en el proceso de pasteurización… Estos son solo algunos ejemplos de situaciones que pueden llevar a un alimento a un estado en el que no pueda ser consumido.
Para detectar dichas situaciones, podemos encontrar tipos de envases inteligentes que incorporan diferentes sistemas:
Identificadores: este es el tipo de envase inteligente que más se ha extendido y del que probablemente hayas visto algún ejemplo ya que incluirlos en la impresión del packaging del producto es mucho más sencillo.
Pese a que no reúne unas características tan innovadoras como las que veremos a continuación, son capaces de aportar un grado extra de información al consumidor. El más común es el que incorpora un código QR en el que poder comprobar rápidamente la trazabilidad o el origen del producto.
Estos códigos QR son la evolución de los tradicionales códigos de barras y pueden ayudarte a aumentar el compromiso con el cliente. Con ellos podrás vincular el QR con tu web o redes sociales, crear encuestas de satisfacción, recopilar datos importantes sobre el producto y aumentar la transparencia, o simplemente, facilitar la atención al cliente.
Indicadores: Indican cambios en el estado de temperatura o sobre el nivel de frescura del alimento. Así mismo, pueden alertar de una rotura en la cadena de frío o, incluso, del grado de maduración de un producto vegetal.
Sensores: este tipo de envases inteligentes son capaces de detectar compuestos bioquímicos que segregan los alimentos cuando comienzan a degradarse.
¿Qué le puede aportar este packaging al consumidor final?
Evidentemente, los envases inteligentes pueden aportar muchas ventajas a los diferentes eslabones de la cadena logística, como son el poder retirar y reponer rápidamente un envase con el alimento estropeado dentro de un lote. Así mismo, este tipo de envases también pueden analizar la calidad de un alimento envasado de manera mucho más rápida y económica.
No obstante, las principales ventajas las obtendrá el consumidor final. Este, de un rápido vistazo, puede saber con exactitud que el alimento que va a consumir es seguro y no ha sufrido ningún tipo de incidente que haya comprometido la integridad del alimento. Además de su estado, también podrá comprobar si existen fugas en el envase, si está a una temperatura óptima para el consumo e, incluso, podrá seleccionar el grado de maduración que prefiera para los alimentos vegetales envasados.
El único inconveniente de este tipo de envases, y la principal razón de que aún no se hayan extendido su uso entre las grandes marcas, es que a día de hoy aún resultan más costosos. Como excepción, podemos destacar el uso de códigos QR, mucho más sencillos de incluir en el diseño del packaging y con un gran potencial: sin suponer un mayor coste para la empresa, el consumidor puede tener a su disposición mucha más información sobre el producto que lo ayude a tomar la decisión de compra.
Viendo las ventajas y beneficios que aportan tanto a los usuarios como a los principales agentes de la cadena, sin duda veremos cómo el uso de envases inteligentes empieza a estandarizarse en la industria alimentaria en los próximos años.